
Ella había crecido, había dejado atrás sueños de niñez, juegos de escondite, sonrisas tímidas…Se dejó llevar por lo que el viento cada mañana le susurraba al oído. Se dejó llevar por aquello que un día se prometió así misma. Se dejó llevar por el valor que aunque a veces creía perdido, siempre estuvo con ella. Se dejó llevar una vez más por todo lo que su corazón le decía, y es que el corazón siempre puede a la razón y ella lo sabía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario